sábado, 14 de agosto de 2010

Cita 8

- Funcionó Santi! no lo puedo creer - Le contaba por teléfono mientras paseaba con Yani que me acompañó a comprarme un puff, esos sillones tan cómodos.

- Genial! estás de novio entonces? - Me pregunta mi gran amigo.

- Em, y no. O sea, si pero no.

- Pero es ideal para tu plan, falta que Wanda se entere.

- Es que...

- Qué?

- Me parece que me gusta la psicóloga!

- Vos sos conciente de lo complicado que es estar con una psicóloga? Te lo digo yo que estudio psicología, es un infierno!

- Es que, no sé. Es hermosa, y siempre que me saluda me dice "corazón".

- Vos me estás queriendo decir que el 23 de Abril, tu cita número 8, va a ser la psicóloga de tu "novia olvidadiza"?

- Sí!

- Cómo se llama?

- Helena.

- Es un nombre de abuela.

- No, qué decís?

- Es nombre de abuela!

- Todos son nombres de abuela y abuelo si llegas a ser abuelo. Yo me llamo Mariano y es nombre de pendejo porque soy un pendejo, pero cuando sea abuelo va a ser nombre de abuelo.

- Y cómo pensas hacer para salir con Helena y para cortar con Gabriela?

- Improvisar!

Mientras estaba con Yani:

- Siempre quise uno de estos puff, son tan cómodos - le digo mientras me sentaba en uno de los del local de sillones - te hundís y no te sacan más.

- Sí, son bastante cómodos! pero dejá de sentarte en todos los del local, no es como un auto esto. Son como 500 y son todos iguales. Notas la diferencia de alguno? si tiene más o menos pelotitas de telgopor?

- Se dice tergopol.

- Telgopor!

- Tergopol!

- A ver, señora. Disculpe - le digo a la vendedora del sillón.

- Lo puedo ayudar en algo? - Pregunta.

- Sí. Es tergopol o telgopor?

- Telgopor

- Viste! - se ríe Yani.

- Perdón. Esa era su consulta? no va a comprar nada?

- Sí, obvio, pero... está segura de que se dice así?

- Si, señor.

- No sé, hay mucha gente que lo dice de una y otra forma. Lo que lo convierte en válido a las 2 palabras.

- No, señor. Telgopor es: TELa de GOma PORosa.

- Bueno, me llevo ese puff! - le digo cambiandole el tema ya que me cagó y le dio la razón a Yanina.

En fin, sin irnos por las ramas, voy a contar mi improvisación sobre Helena, esta fue mi cita número 8 el viernes 23 de Abril:

Voy para el consultorio a buscara mi "novia" Gabriela. Una vez arriba. La veo, me ve...

- Hola? Tiene turno para hoy? - Pregunta desorientada. Como si no me conociera! Ja!

- Em... si. Qué tal? Mi nombre es Mariano, Helena me había dicho que venga ahora. - Miento.

- Apellido?

- Ricardi

- Ricardi... Ricardi... me suena... No está!

- Bueno, debe tener mala memoria usted, yo quedé con Helena. Me acuerdo el día que arreglé el turno y todo, no se acuerda? Usted no se llamaba Gabriela? Me acuerdo que hablamos un poco. Me contaste que vivías en Caballito, que estás estudiando, que habías trabajado en un call center.

- Ah, si! ahora que me fijo estás anotado - Qué mentirosa resultó ser Gabriela con tal de ocultar su falla en ese "don". - Sentate un segundito.

Mientras estoy esperando a que me atienda Helena, le mando un mensaje a Santi y a Yani diciéndoles que ya estaba soltero otra vez, ja! Sale Helena de su consultorio y me indica con la mano que pase. Ella es una mujer preciosa, delicada, unos 26 años. Cuerpo de modelo, inteligente. Una mujer total.
Mientras anota unas cosas (Siempre quise saber qué anota un psicólogo), me senté en una silla incomodísima que daba a su escritorio:

- ... A ver, corazón... vos eras... Mariano, el novio de Gabriela, no?

- Si... pero, ya decidimos no estar más en pareja.

- Es por eso que venís?

- No.

- Cuál es el motivo principal que te trajo a hacer terapia? Habías hecho alguna vez?

- Si pero muy de chico, cuando mis viejos se separaron. Era ir a que me den una hoja y crayones y dibuje lo que quiera.

- Claro, esto es completamente distinto. Por qué venís?

- Bueno, principalmente porque me gustaba la jefa de mi ex, Gabriela, que da la casualidad que sos vos. Y es irónico, porque mi problema es que me gusta mi psicóloga ahora.

- Eh, me parece que sos un desubicado.

- Yo? Desubicado? No soy boludo! me doy cuenta de que siempre que me hablaste me decís "corazón".

- Y qué tiene que ver?

- Y que te gusto!

- No, no tiene nada que ver. Es una expresión.

- Pero, si a mi me vas a decir corazón, yo me confundo al toque.

- Esto se está poniendo incómodo.

- Y sí, bastante incómodo. Yo tengo un amigo, Santiago, que está terminando psicología y me cuenta que en su psicólogo tienen puffs para sentarse, y no sería incómodo. No como acá, con esta silla!

- Bueno, yo decidí hacerlo más formal. La terapia no es joda. Un puff indica un alto grado de inmadurez. Es la representación de una persona que se rindió, que le gusta estar cerca del piso, un arrastrado, un parásito.

- Em, sí... Pienso igual!

No sé cómo pero empezamos a pegar onda con Helena, el tema es que cada vez que hablaba (como por ejemplo, con el puff) ella analizaba todo de una manera medio "flashera" por así decir. Y eso me llevó a una paranoia absoluta, antes de hablar pensaba qué está bien decir y qué está mal. Y sus conclusiones eran bastante... extrañas.

- No sé... cada tanto siento que nací para ser inventor. Viste que la gente dice que todo está inventado? yo siento que no, que se me ocurren cosas que todavía no fueron creadas, o estabilizadas...

- Por ejemplo... - Me dice Helena.

- Bueno, pero no me hagas un análisis de qué significa esto y lo otro.

- Jajaja, bueno, bueno, está bien!

- Fantaseo con la idea de... viste que hay mucha gente, por más repulsivo que parezca, le encanta ir al baño a cagar? que pueden estar un rato largo, se llevan una revista, o un libro. Hasta la gente que ni lee, y están media hora.

- Sí, cierto, cierto.

- Bueno, qué otra actividad lleva un tiempo determinado en el baño? pegarse una ducha. Entonces, imaginate esto. Un inodoro dentro de una bañadera. Para poder cagar y bañarte a la vez. Entendes? para ahorrar tiempo, unis actividades que haces todos los días. No me vas a decir que es una mala idea.

- Es bueno, sinceramente. Sería como una limpieza full. Interna y externa.

- Jajaja, claro! Además, con la vergüenza que tiene la gente a veces de cagar, con el ruido de la ducha está todo bien!

Por más raro que parezca, esta estúpida idea me permitió volver a ver a Helena durante la semana. Si bien eran insoportables sus conclusiones psicológicas y todo tiene un por qué profundo al punto de llegar al absurdo, valía la pena estar con ella. El tema es que pagaba para verla! Entonces, decidí invitarla a mi casa.

- Una mujer que es psicóloga en tu casa? - Pregunta Santi por teléfono cuando le cuento esa misma noche en la que iba a venir Helena.

- Sí! qué tiene?

- Estás perdido. Ya voy para alla!

A los 10 minutos Santiago estaba en mi casa.

- Tenes que cambiar un montón de cosas de acá, Mariano. Va a analizar absolutamente todos los objetos que esten en tu casa. Va a abrir la heladera y se va a fijar qué tomás. Tenes la suerte de tenerme a mi que sé que es lo que tenes que hacer y qué no.

- Uh, me estás asustando. Me podes ayudar durante toda la noche?

- Ya sé! me puedo esconder en el placard y te voy dando consejos. Haces que venis a buscar algo y me preguntas sobre cómo actuar y te voy indicando.

- Dale, excelente! sos un genio Santi.

Lo primero que hicimos, fue llevar el puff a otro lado. La llame a Yani:

- No era que te gustaba tanto el puff?

- Si, pero ya no, dale, vení a buscarlo y llevatelo!

- No puedo, estoy con Matías.

- Bueno, decile que salis un toque y vení! o no te deja salir a esta hora tu viejo?

Me corta, es increíble cómo se enoja cuando le decis que Matías es igual al papá. Dejé el puff en lo del vecino. Tiré la Coca Cola y compré Pepsi, Santi dice que subconcientemente la Coca habla de cocaína y no quería que de imagen de drogadicto. Así con todos los artefactos, objetos, alimentos y cosas de la casa. Me quedé prácticamente con la cama, una tele, un sillón y una mesa.
Suena el timbre, Santiago se esconde en el placard de la habitación. Bajo a abrirle a Helena y una vez en casa:

- Te mudaste hace poco? - Pregunta Helena.

- ...Si!

- Es linda tu casa, me encanta. Mira... traje un vino para que tomemos.

- Buenísimo!

Voy para la cocina a dejarlo y le pido permiso que iba a la habitación a cargar el celular. Le comento a Santiago y me cuenta que si una mujer trae un vino a la casa de un hombre que vive solo, hay un alto porcentaje de tener sexo rudo a tal punto de llegar a un trío. Un loco total.

Vuelvo y Helena me dice:

- Traje también una peli para que veamos.

- Cuál?

- "Mi Abuela Es Un Peligro" la viste?

- Ah, no! qué onda?

- Ay, es graciosisima, me dijeron. Yo tampoco la vi. No iba a traer una peli más seria, no daba. No sabía si te iba a gustar.

- Esperame un segundito.

Voy para la habitación, le cuento a Santiago:

- Te dije! es una señal. "Mi abuela" es un peligro. Helena es nombre de abuela!

- No importa eso! decime algo más!

- Bueno, cree que sos básico. No trajo "La Naranja Mecánica" o "La Lista de Schindler" o "Casablanca". Te trajo una berretada para un espectador mediocre.

- Qué hago?

- Nada, seguile la corriente, reíte. Pero el nombre de la película te está diciendo algo. Esta mujer es un peligro.

Vuelvo al comedor, Helena estaba sirviendo vino. Vimos la película, nos reíamos un poco. Nos colgábamos hablando, hacíamos chistes sobre la peli y cuando menos nos dimos cuenta, nos estabamos besando.

- Vamos a tu habitación! - Me susurra al oído, no podía llevarla ahí. Estaba Santiago, no quería que me vea o me escuche teniendo sexo.

- No, vamos a quedarnos acá en el sillón mejor!

- Tener sexo en el sillón es para gente inmadura. Es una representación de que no importa el lugar, ni el momento, ni la persona. Una completa ignorancia para la situación. Es como si no te importase nada más que tener sexo. Un sexo frío, pésimo.

- Bueno, no empecemos con eso! está bien, vamos a la habitación.

No me podía concentrar, era un desastre, no sabía qué estaba haciendo. Sabía que Santiago estaba cagandose de risa por dentro en el placard y mirandome a mi y a Helena desnudos teniendo relaciones. En un momento, esa risa interna, pasó al mundo exterior. Se empieza reir a las carcajadas. Helena se puso como loca.

- Yo no te puedo creer! Qué hace este tipo viendonos acá?

- Bueno, fácil - comienza la charla entre psicólogos - se presenta la idea del menage à trois, el juego del sexo, 2 hombres y una mujer. Objetos de deseo... un trío.

- Sí, sí. Entiendo eso pelotudo! pero qué me vieron cara de puta?

- Pero si vos trajiste un vino! - Le contesta Santiago.

- Sí, pero un vino blanco! - Yo no entendí su respuesta en vez de mandarnos a todos a cagar.

Helena me mete una cachetada, se viste rápido y se comienza a ir. Antes de irse:

- Ah, mi devolución de esta sesión: Anda a una sexóloga, "corazón"!!! garchas como el orto!

- Ah sí? Y vos... y vos... tenes nombre de abuela! Helena! vieja chota!

Lo miro a Santiago... y en un silencio, me dice:

- No me avisaste que era blanco el vino.

- Qué tiene que ver?

- El Vino blanco no es para tríos.

- Metete la psicología en el culo!

- Bueno... "corazón" jajaja.

Papelón total. Pensando en la cita número 9... y en ir a una sexóloga. Realmente será verdad o lo dijo de enojada?

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