domingo, 12 de septiembre de 2010

Cita 23

Hay que festejar este bienestar entre todos. Santiago se amigó con Yanina y volvimos a nuestras reuniones de siempre.
Estabamos en nuestro bar, tomando un helado.

- Qué lindo día la puta madre! los pájaros cantan, el cielo está celeste sin una nube. No hace ni calor ni frío - Dice Santiago mientras toma su helado contento.

- Qué buen año el 2010. No? - Pregunta Yani.

- Tal cual, excelente. Y todavía no termina - Le digo - tenemos que festejar de alguna manera todo esto.

- Con mi señora se nos ocurrió algo - Dice Santi, me pareció extraño porque la mujer de Santiago es muy mala onda, pero capaz con la noticia de su hijo ahora ve las cosas de otra forma - Un viaje.

- Un viaje? A dónde? - Pregunta Yanina.

- Queremos comprar una casa en Mar del Plata. Tenemos pensado ir el fin de semana.

- Uh, yo este finde no puedo - Dice Yani - Empecé a trabajar en un proyecto propio relacionado con diseño gráfico. Si sale todo bien lo presento en la empresa a ver si me lo aprueban.

- Buenísimo, qué lástima que no podes venir. Igual... hay una buena noticia. Para vos Mariano.

- Qué? - Le pregunto mientras Yani se levanta para ir al baño.

- Victoria, una amiga de mi señora. Va a venir. No sé que onda que es fanática de la música electronica y justo para el finde hay un DJ en un boliche y bueno, se prendió. A mi se me ocurrió que podía ser la cita 23.

- Si, tal cual. Hacemos una especie de salida de a 4. Siempre quise hacer eso.

Salidas de parejas. Qué tema tan distinto a una cita a solas. Cuando salen 2 parejas es como una comparación constante de ver qué pareja es la mejor. Se dieron cuenta? Este no sería el caso porque Santiago se casó y yo a Victoria ni la conocía. Lo que podía poner las cosas un poco bastante incómodas. Imaginense una pareja feliz y 2 completos desconocidos obligados a conocerse.

Llega el fin de semana y nos vamos para Mar del Plata con Santiago, su señora, su amiga y yo. Teniendo así mi cita número 23, el 19 de noviembre, con Victoria:

Viaje en el auto de 5 horas. Santiago y su mujer iban hablando de los posibles nombres para su hijo/a y yo iba en el asiento de atrás con Victoria y durante la primera hora ni nos dirigimos la palabra hasta que decido hablarle:

- Qué incómodo. No? - Le pregunto.

- Qué cosa? - Me pregunta Victoria mientras mira por la ventanilla.

- Esto. Estar obligados a hablar, o a conocernos.

- Jajaja, sí. Tal cual. A la gente le molestan los silencios.

- A mi me gusta el silencio.

- A mi también.

Qué genialidad, qué irónico. 2 personas que aman el silencio rompen el mismo hablando sobre lo mucho que les gusta no hablar. Ideal para romper el hielo.

- Sentirse presionado a preguntarte cosas para conocerte o viceversa. Cualquiera - Le digo.

- Jajaja. Hagamos una cosa. Si no nos interesa hablar o preguntar, nos quedamos callados.

- Bueno, dale.

- ...

- ... Y... qué onda te gusta mucho la electronica? Como para irte a Mar del plata para ver a un DJ.

- Me encanta! Me apasiona. A vos?

- Nunca fui a una fiesta electrónica.

- Uh, es buenísima! Hoy debutas a la noche entonces.

Victoria se me puso a contar un poco sobre las noches bolicheras de música electrónica. Son completamente diferentes a otro tipo de boliches. Corre mucha droga y es un ambiente bastante turbio.
Ella era un poco de todo eso. Se notaba que Victoria claramente era una paranoica. Tenía tics muy raros y cada tanto decía "escucharon eso?". Es de mirar mucho para atrás, es perseguida. En fin, es una paranoica. Una paranoica drogadicta.
Me contaba de sus épocas de máximo consumo y los efectos de cada droga distinta. La charla no me estaba gustando para nada. Pero cómo frenarla? estaba entusiasmada hablando de algo tan triste como lo pueden ser las drogas.
El viaje se hizo muchísimo más largo pero llegamos. Me estuvieron hablando 4 horas de drogas. Vamos a cenar y después ya nos ibamos para el boliche.

En el restaurant:

- Voy al baño - Dice Victoria.

- Te pedimos algo? - Pregunta la mujer de Santiago.

- No, no tengo hambre.

Se va corriendo al baño y vuelve a los 5 minutos haciendo "sniff" con su nariz. Saben a qué me refiero no? Volvió completamente colocada.

- Qué dijiste? - Me pregunta Victoria.

- Nada. Por? - Le contesto.

- Dijiste que el azul es un estado de depresión?

- Eh?! No abrí la boca.

- Bueno no me grites. NO ME GRITES.

Dios. Qué paranoica de mierda. Pero tenía algo a favor. Estaba terrible. Era una mujer hermosa, una mujer de una sola noche y se prestaba la situación. Ibamos a estar en el boliche y ese espacio es el mejor para tener besos vacios, caricias vacias. Me acuerdo de todas las mujeres que besé en boliches y ningún beso realmente lo sentí. Es terrible eso. Pero bueno, estabamos en una instancia de diversión total con una mujer que representa el extremo de la joda. Una típica mujer que se identifica con "Live fast and die young".
Así era Victoria. Espontánea, fiestera, impaciente. Siendo feliz a su manera, una mujer que en el fondo es triste y lo tapa con sus drogas tan maravillosas para poder sentir lo que no puede sentir en la vida real. Necesita de un químico para disfrutar. Muy triste... pero hay mucha gente que cree que la fiesta es lo más importante, no? Fíjense en el 99% de los adolescentes. Pocos son los que siguen ese camino de joda.

Ahora sí, llega la noche por completo y estamos en el boliche:

- Tené cuidado con Victoria - Me dice Santiago - Está muy loca. Es muy rara.

- Sí, me di cuenta.

- Yo me voy a sentar afuera con mi mujer un rato, los dejo solos. Divertite, nos vemos mañana en el hotel.

- Dale. Después te cuento.

Victoria se pone a bailar de una manera muy alocada. Yo estaba un poco borracho así que me fui soltando y adaptando al ritmo de ella.

- Querés bailar? - Le pregunto.

- Jajajaja.

- Qué?

- Esto se baila solo. Bailá al lado mio, eso sí.

- Bueno che! No estoy tan a la moda con este tipo de boliches. Jajaja.

Qué locas esas diferencias no? Le pregunté de bailar, cosa que se hace en otros boliches usualmente pero acá es algo equivocado. Hacía 2 horas que estabamos bailando bien pegados. En qué momento me la iba a ganar?!

- Estas de pasti? - Me pregunta Victoria.

- Eh?

- Si tomaste éxtasis.

- Qué hace eso?

- Hace que te pongas caliente.

Pensé: Bueno la puta madre, debo estar de pasti desde que tengo 12 años o qué onda? Alguien me lo puso en la torta de cumpleaños cuando era un niño?

- Ah... emm... No. - Le contesto.

- Hace 2 horas que no paras de bailar y no tomaste nada? Qué loco. Querés probar?

- Si, dale - Ya sé, estuvo mal. Pero bueno, festejando en Mar del Plata feliz. Ya fue, hay que probar. Victoria me emcaja un beso re largo así de la nada.

- No sentis que cuando me das un beso le estás chupando la pija indirectamente a todas las personas que les hice un pete?

- No, flaca. Te fuiste al carajo con la paranoia! Andá a cagar!!!

- Jajajaja!

Qué hija de puta esta mujer. Yo sé que es imposible entender a las mujeres, pero esta era mucho más difícil de entender. Ya estaba completamente quemada por la droga. Victoria saca 2 pastillas y me las da en la mano. En las pastillas estaba el logo de la marca de autos de Mitsubishi. Qué onda? Mitsubishi se dedica a hacer éxtasis? Sería un buen Marketing. Me imagino a un vendedor diciendo "Desea una menta antes de ir a la sala de autos?" y te enamoras de todos los coches, te los queres voltear por el caño de escape.
Tomo las pastillas y tomo un trago de agua. Supuestamente cuando uno toma éxtasis, todos los sentidos se alteran y se sensibilizan mucho más. Las emociones son más frágiles, más humanas, se siente un bienestar infinito, un amor puro. La palabra misma lo dice: estás en éxtasis.

- Tomate una ahora... y en 10 horas masomenos mandate la otra. - Me dice.

- Eh? Me tomé las dos.

- Qué cosa?!

- Que me tome las dos ahora.

- Ui no. Sos un pelotudo!!!

- Qué? Qué tiene?

- Cómo te vas a tomar las dos ahora?!

- Me voy a morir?! - Me empecé a asustar. Si a Victoria le parecía raro.

- No, pero... nada. Me voy a bailar por allá. Chau, nos vemos.

- No, banca! no me dejes solo.

Victoria se va y me quedo solo en el medio de la pista completamente drogado pero todavía sin ningún tipo de efecto. Estaba sólo mareado y asustado. Se me acerca un patovica.

- Ei. estás bien? - Me pregunta.

- Sí... - Le contesto re desorientado.

- Qué te pasa?

- Nada, me tome 2 Mitsubishis. La de los autos.

- 2? Juntas?

- Sí... qué me va a pasar?

- Y te pueden pasar 2 cosas. O caes en cana, o te moris. Pero lo bueno es que la vas a pasar muy, muy, muy, muy bien. Hace cuanto las tomaste?

- Hace 15 minutos.

- Te quedan masomenos 15 minutos para que te pegue. Te recomiendo que te vayas si no estás en la movida.

Estaba aterrado, mareado. Empiezo a irme y camino por Mar del plata solo bajo el efecto del éxtasis. cuando de repente empiezo a ver todo borroso y el efecto llegó: ME SENTÍA ABSOLUTAMENTE FELIZ.
Era una sensación muy extraña, pero amaba a todo el mundo. Quería hacerle el amor a cualquier cosa. Tenía unas ganas de ponerla terrible.
En ese momento me suena el celular, un llamado de Yani.

- Nene? Cómo la estás pasando? - Me dice Yanina.

- Yani!!! Cómo te quiero boluda. Cómo te quiero. Te re extraño, sos re importante para mi. Posta... sos una de las mejores personas del mundo!

- Qué te pasa estás borracho?

- No! estoy "de pasti". Qué top.

- Jaja qué pelotudo que sos. Bueno. Escuchame. Hay algo muy importante que te tengo que decir y es urgente que te lo diga ahora!

Antes de que le pueda preguntar "qué cosa?" alguien me toca el hombro. Me doy media vuelta y eran 2 pibes.

- Guacho dame el celular - Me dice uno.

- Eh? Es mio. Loco, cómo te quiero... dame un abrazo chabón! Vení.

- Salí de acá gato! Dame el celular la concha de tu vieja!

- Pero loco bancá. Por qué tanto odio? Hay que amar en la vida, te amo... me amás?

- Y a este que le pasa? Dame el celular si no querés que te caguemos a trompadas.

- Pero tiene el blutú, ya me robaron este año. Ademas, estoy hablando con Yani y me tiene que decir algo muy importante.

El pibe me arrebata el celular y se van corriendo. Me quedé con la gran intriga de lo que me tenía que decir Yani. Pero igual seguía enamorado de todos.
Llego al hotel y prendo la tele para enganchar una porno. Y sí... no me quedaba otra.
La manera en la que miraba la película era tan intensa que hasta los actores pornos se sentían incómodos. Miraba la tele y trataba de garcharmela. O sea, tenía ganas de garcharme a un LCD de 32!
Estuve en la habitación del hotel dando vueltas durante 10 horas intentando bajar el efecto y no podía. No me podía dormir, no podía hacer nada. Pensaba en: sexo, sexo, sexo, sexo. Era como tener un orgasmo cada 3 segundos.

Qué noche más larga y horrible que pasé. Dormí todo el sabado y me despierto a la madrugada. Voy a buscar a Santiago para contarle todo lo que me pasó.

- Qué te habrá querido decir Yani? - Me pregunta Santiago - Llamala desde mi celu.

- Pero es re tarde, debe estar durmiendo. Mañana la llamamos.

- Recién te levantas entonces?

- Sí. Y Victoria?

- Sigue en la fiesta electrónica.

- Sigue?!?!

- Sí. Nosotros hoy fuimos a ver casas, a la playa. Estamos muertos, nos vamos a dormir. Vos qué vas a hacer?

- Yo voy a caminar por la playita, a pensar un poco.

- Bueno, dale. Nos vemos mañana, tratá de hacer algo que ya nos volvemos!

- Sí, qué descansen.

Nunca se dieron el lujo de caminar por la playa de noche solos? Es una de las cosas más lindas del mundo. Estaba muy tranquilo, estable, equilibrado, sin ningún problema en mi vida. Pensaba si alguna vez estuve así, como un chico, sin problemas. Porque siempre uno tiene quilombos, pero hoy yo sentía que estaba bien.
Obviamente en estas caminatas nocturnas uno piensa cosas medio tristes también. Es inevitable.

Ahora... lo que me pasó en este momento fue algo imposible de creer. Lo que pasó fue real y nadie jamás podría creerlo si no lo vivió.
De qué estoy hablando?

- Marian! - Se escucha un grito en el medio del vacio de la playa oscura.

Me doy media vuelta y veo una sombra que empieza a caminar hacia mi.

- Marian! - Ese grito otra vez.

La sombra está más cerca y de a poco puedo ir descubriendo de quién se trataba: Wanda.

- Wanda? - Shockeadísimo.

- Marian... - Me dice con una sonrisa hermosa.

- Qué hacés acá?!

- Vine para verte a vos.

- Eh? Cómo me encontraste? Para qué viniste?

- Vine para traerte algo.

Wanda tenía un bolso. Lo abre y saca una caja de alfajores.

- Te acordás cuando nos pusimos de novios que nunca te di los alfajores que te había comprado cuando me fui a Mar del?

- ... Si.

- Bueno, acá estan. O sea, son nuevos estos obvio, jaja, sino iban a estar un poco vencidos.

- Pero por qué me los das? Viniste sólo para eso?

- Si! Porque estuve pensando mucho en vos últimamente y quiero reparar todos los errores.

- Pero ahora es distinto. No podes actuar como si estuviésemos en ese momento. Y en ese momento, no apostaste a nosotros, no creiste nunca en lo que podríamos llegar a ser. Y ahora después de un montón de tiempo me encontras y queres regalarme esto? Estás loca.

Lo que me había costado superar a esta mujer y la tenía en Mar Del Plata conmigo queriendo reparar todo lo que no funcionó. Ella no me dio nunca los alfajores, pero se acordó igual! O sea que al final... sí apostó al amor? Esta es la lección que me tiene preparada la vida? Mi regreso con Wanda?

- Quiero que volvamos a estar juntos. Hacer las cosas bien. Pensa que todo este tiempo que pasó nos preparó para lo mejor. Una nueva etapa juntos. - Me dice Wanda acercándose más y más.

No podía creer este momento en mi vida. Me acordaba a principio de año cuando hablaba con Santi sobre las metáforas de los juguetes. Uno cuando es nene quiere el juguete que no tiene. Cuando lo tiene, quiere el anterior. Wanda estaba volviendo a mi vida y ya no estaba seguro de querer volver con ella. Ya había entendido que pertenecía al pasado. Pero... si ahora quiere el juguete anterior... qué hago? Reconstruyo desde atrás? Sigo para adelante?

- Wanda... dejame pensarlo.

Me doy media vuelta y me pierdo entre las sombras.

1 comentario: